Sacar a gritos
los gritos,
golpear el cuerpo
contra el reflejo
de otro cuerpo
nacer identidades
al fuego intenso
del rojo carne.
Dormida
Contra el muro del mundo.
Dormida.
Tu sombra
de súcubo nocturno
da dentelladas
a mis ojos...
es caricia y penumbra,
es distancia.
Dormida.
Es pureza que desgarra,
es el llanto de un lecho
en el que se ha tendido tu cuerpo,
y en el que solo queda
la hojarasca de tus sueños.
Artaud y el cine
La imagen
la luz
24 mundos por segundo
la esencia... un flujo inacabado
de estertores y llantos,
de amores amplificados,
de sonido
y muerte.
I
Me esperan las tardes del mundo
Me esperan las voces de tus manos,
Me espera esa agonía solar
Cuando brazos y besos
Fabrican vientos de colores.
Me esperan las tormentas de tus vocablos
Sembrando en mi vientre
El tibio reflujo
De tu cuerpo de amante.
Papillón
Escuchemos los sonidos
de esta lágrima,
hasta sacarla de nuestras manos ateridas
por tanto viaje infinito.
que suene como el cristal,
como suenan los encuentros
y las despedidas.
esa es la música de nuestras vidas,
no son los dioses con sus estériles designios.
sino nosotros,
quienes manamos entre flujos y reflujos
como borbotones de pasos
y
maremotos de sueños.
Descanso
Si se recuestan tus parpados
si la manos se te expanden
y los pies abrazan la hierba
si el viento te hincha el vientre
y se aplacan las palabras
si el silencio
(cuna de todo beso)
te hamaca sueños en las manos.
Entonces
solo entonces
has realmente descansado.
Soliloquio
Ego y deseo
El que escribe y el que busca son imagen y reflejo:
uno se gesta en el otro.
el "espejo-deseo".
Yo y mi imagen se unen en el deseo,
el deseo...ese destructor!
-da miedo no?-
-si asusta-.
-lo se-
Tal vez exponerse sea una batalla ganada,
porque ambas partes se aplacan,
un yo expuesto
y un yo poeta huérfano de su poesía.
Por eso el artista debe deshacerse de su obra,
de esa forma aplaca esta lucha infernal en la que se ha convertido
se convierte en cuarto creciente
a veces,
otras en cuarto menguante.
mientras...cada una:
el yo expuesto
y el yo poeta huérfano
retornan a sus rincones
a sus moradas naturales.
Biblios
Encontré la biblioteca.
Allí, volúmenes
y mas volúmenes
forraban las paredes negras de polvo.
Abajo,
entre los escombros de miradas irredentas
y de babas desaforadas,
muy abajo,
sobre el frío mármol regado
de quejumbrosas voces,
se encuentra mi sombra
atrapada entre los pliegues
de la misera costumbre
que tienen las formas humanas.
Necropsia
Tengo mucho sueño
las ojeras pesan como escombros
como cadáveres de sueños
colgando de los ojos.
Otoño
Otoño,
en cuyo vientre
la búsqueda de tibieza
conlleva el regreso,
a la patria de los ocres,
a las imágenes desarmadas tras los vidrios acuosos
a las noches prematuras.
otoño
postergado viaje
al centro de la caracola,
al origen que nos nombra.
Postal
Recónditas figuras
habitadas de palabra.
Nacen del silencio
de ningún otro sitio,
abrevan en la fuente
de los recuerdos.
En las mazmorras
abismales del tiempo.
Postales,
sueños rotos,
arrugadas,
discontinuas,
de colores descompuestos
y ceremonias olvidadas.
Isla
La voz de mi padre me llega
como perdida en un mar tormentoso,
como el lamento de un ahogado
que sucumbe envuelto por olas
de bostezos y sentencias.
En tanto,
mis manos,
arrojan puñados de arena sobre las aguas.
tal vez algún día
sobre esa arena pueda descansar de tanto ahogo
y dejar de morir.
Utopía
Sos la materia de los sueños,
mis palabras te merodean
como lisonjas a destiempo,
como cadencias sonoras que embeben tus ojos
de invisibles besos.
Renuncia
Debería ser
un deber natural
que nos vuelva el cuerpo de simio,
las agallas de la mangosta,
el sonido de una ballena
la robustez de una hormiga
los sentidos perdidos.
y así abandonar
la cultura,
las palabras,
y los trajes oscuros
que dormitan en el subte.
volver a los sonidos
que titilan en la noche,
o a la certera renuncia
que nos inspira la mañana.
Don Sixto Palavecino (1915-2009)
Tejedor de coplas
con tu violín
de nota emplumada.
juglar de profunda música.
del canto de la tierra,
de las semillas cuando rompen,
del viento y la sangre,
o del niño cuando duerme
al arrullo de una nana.
Tus canciones campesinas,
me dejaste en la infancia
sonidos de esta tierra
que me corren por las venas
y se me alojan en el alma.
Barroco
Trazas con oleos
caminos de mapa desconocido,
tierras en las que se suicidan mis miradas.
esta búsqueda,
de expedicionario
sigue tus rastros conjurados
de canciones,
o besos.
y en procura tu cuerpo,
(tesoro ausente)
cavilo palabras
que jamás he dicho.
al fin
recostado en tus sueños,
esa ocre hojarasca de otoño
en la que yace mi sombra
me anuncio exiguo,
perdido entre tus dedos,
como el murmullo amarillo
de sol,
o la tierna sentencia del tiempo.
Torre de Babel
Torres de marfil, de jabón, de incienso, de corcho, de látex, de cemento o de hormigón, de madera balsa, de madera dura, de tela, de alas de mariposa, de arrullos maternos o paternos, torres de colores, torres de papel, de celofán verde, rojo o amarillo, torres de neon con ascensores supersónicos, torres de hielo, de nieve, de fuego, de aire. torres tan altas como la mirada...y aun así... dios sigue allí, sentado en su trono, sin sentir la cosquilla de nuestros dedos bajo la planta de sus pies.
Conjuntivitis divina I
Tomó dios una navaja,
y abriendo grande su único
y celeste ojo fisgón.
lo abrió, de un tajo;
como una tibia vagina,
como una granada madura.
Conjuntivitis Divina II
Y dios brincó de terror
No quiso ver más,
Se negó a la sombra
y los colores,
Se negó a fisgonear.
Noche
Noche.
Una noche mas, densa, exánime…
noche, inmóvil noche.
En la noche todo se encuentra consigo mismo, en la noche suceden cosas, mínimas, silenciosas, suceden historias baratas, filmadas por ojos noctámbulos. Suceden miles de pequeñas escenas de soledad sin las condiciones naturales de socialización, sin las estériles intervenciones fluctuantes de los buenos consejos. Es la hora de la verdadera muerte, esa que existe en su posibilidad. porque es la noche, la que me hace escupir mis recuerdos como un purgante tomado en exceso, cada una de las horas de la noche, es un poco mas de noche-purgadora tragada, es un recuerdo nuevo que vomito, y salpica las sábanas y su cuerpo dormido a mi lado fatigado de tanta soledad. De tanta soledad.
Gala & Dalí S.A
Me abrí la camisa y te mostré el pecho, como un ojo emblemático.
Sentiste las nauseas del sexo apretándote el cuello y cuando te diste cuenta del poder de mi cuerpo, cuando te cansaste de tu pasión masturbatoria, me pintaste. Tomaste tu falo-pincel y le diste color y luz a este seno marchito, pudiste escenificar, el poco mundo que aún nos sobrevive en los labios.
Frontera
Amanecí en un nuevo lugar, exactamente en el límite con la muerte.
Donde me encontraba parado, hasta el otro lado, había solo unos pocos pasos de distancia. Tras la línea de la muerte no había más que la continuación del desierto que mis pies pisaban. Me pregunte entonces ¿cual era el misterio?, ¿que nueva situación sería esa?, ¿por que ocupar los minutos y las horas de mi tierra en prepararme para vivir del otro lado, ¿para que transcurrir con la intensidad de una tormenta, con la sal y las lagrimas macerando durante años en mi boca?.
Decidido a resolver este misterio y verificar que el fin de mis miles pasos no son mas que el paso numero uno, que el espejo que refleja es espejo y es imagen a la vez, tomé una piedra entre mis dedos y la arrojé con todas mis fuerzas hacia el otro lado de la frontera. Pero el guijarro, luego de varios tropezones quedó ahí mismo, mudo, y estático. Entonces al ver que nada comprobaba, tome un pájaro que se había posado en mi pecho y lo arrojé también al otro lado de la frontera. El ave, luego de unos pocos revoloteos fue a posarse justo al lado de la piedra que antes había arrojado. Como nada de esto me consolaba, tomé un impulso de mil infiernos, retrocedí mil pasos y luego tomando carrera volví sobre estos hasta que justo en el borde, exactamente en la línea fronteriza pegue un salto enorme y caí junto a la piedra y el pájaro, levantando una gran polvareda.
pasaron unos instantes o una eternidad, y cuando el polvo hubo descendido, cuando la excitación por el salto se hubo aplacado, comprendí que nada sucedía. Y allí quedé, estático, esperando junto al pájaro y a la piedra, volver a la vida.
Verano
Esa tarde,
El siseo pedante del calor
Sudaba el jugo de mis sueños,
Aprisionados en mis labios
Como gajos de palabras.
Rebotaban en un lugar abandonado,
En “Una sombra de libros”…
Tanto sueños como miradas.
Y en la penumbra
De aquel lugar,
Tu cuerpo agazapado,
En cuclillas,
Parecía un cántaro con agua fresca
y livianas melodías,
Una fuente de sabios manantiales
A la espera de saciar
La sed de mis silencios.
Enojo
Olvídense
de tomar un sueño entre los dedos
de que la materia
que empuja la carne
desde adentro
hinchando los pies
y los brazos
encuentre un cauce,
una grieta amigable
y salir borbotones
como el agua de un grifo
como
la risa de un niño
Yo
Llorando un dolor ajeno
aprendió a caminar
esta sombra nacida
en el mundo
luego nacieron las palabras
los rincones
los talismanes
los puentes habitables
y las tibias lagrimas.
MARIPOSAS
Un haz
de pensamientos plegados
temblor larvario
que danza
frotando sus patas
en las paredes del capullo.
Calcinando un invierno
al que le sobran
primaveras.
Nacimiento
A Isabela Durand
Desde una secreta frontera
vedada a la razón,
desde un lugar
que te guardaba
desde el comienzo de los tiempos
llegaste,
para nacernos.
Viaje
se atasca
la luz
en las rugosidades
que nacen
del suelo.
Su densa y plástica
estela cromática
arrulla al mundo
en un etéreo
murmullo de movimiento.
Deseo
Devorar es volver al principio, es decir a la soledad del deseo
en el deseo hay uno que devora,
y hay un otro que dándose cuenta del juego
también desea, y devora (o no)
es un juego de dos carnívoros que explotan
con deseos abrasadores, el cuerpo del otro
dos almas que, como dos espejos de imágenes torcidas
buscan (llevados por el deseo… en un acto narcisista) devorarse.
y este juego comienza incluso antes del primer beso
antes de la primera cópula.
Porque cuando esas cosas comienzan
también comienza una inercia,
y en la inercia, el deseo retorna
a su pozo solitario.
Hastío
La eterna promesa
La víspera.
Correr tras quimeras
Con la esperanza cansina.
Agobiada de trasuntar
metáforas
en papeles ajados,
fermentando lagrimas.
Marejada
Ad-hiero a solaces
tonos y palabras.
Me hacen llegar
casi a la metáfora
pulida
y perdida.
me hacen llegar
esta marejada indómita
de sal y espuma
que arrastra
sueños y piel
en cada lamida.
Beatrice
Con el cuerpo entre las manos, fui a casa de Beatrice.
caminé despacio, por la calle CM rumiando los mismos temas de conversación, y gestos ensayados. Al principio la sorpresa aniñada, luego las reflexiones y por último la confesión. !Ah!, me repetía en ese soliloquio callejero -caerá rendida, y yo, con el cuerpo entre las manos se lo brindaré en holocausto, ungido de dulces aromas para el sacrificio.
La calle repetía en un eco silencioso "tenés que cojerte a la vida" y todo se había convertido en un gran guiño de ojo, y un pulgar en alza. mi cabeza proyectada por las lámparas de sodio color naranja sobre la vereda, desplegaba los pelos al viento de junio como si fuese medusa convirtiendo en piedra todo lo que observa mientras repetía como en un siseo de serpiente "tenes que cojerte a la vida".
Caminaba a la casa de Beatrice listo a conquistarla y nada más, listo a bucear con la ayuda de todo mi sexo en el agitado mar de los "no se que me pasa" los "me siento extraña esto es muy pronto" de los "¿esto es solo sexo?" y los "no busco pareja pero si conocer a alguien".
Ante la puerta de hierro con un entretejido de alambres de su departamento se me terminó la calle, el número once indicaba un paso hacia su mesa, hacia sus labios y finalmente hacia su cuerpo al que entregaría mi cuerpo aún encerrado entre mis manos.
pero cuando las cortinas se hubieron cerrado, cuando la luz nos dejó en penumbras y las frazadas se fueron empapando con nuestro calor, cuando la canción de la danza fue abriendo brazos y cerrando ojos, mi cuerpo, que nunca fue muy obediente, que no le gusta las prisiones ni los cerrojos se me escurrió de las manos, como se escapa una mariposa, en un soleado día de primavera.
impalpable
Amerizan,
tambalean por ripios de piel
los dedos que pasan
del contorno
al retorno,
del inicio
a la caída
a la muerte
impalpable e
inapelable
de tu aliento.
Hoy: yo-yo-yo-yo (universoyoístico)
Escribir en mi
me hace uno
me des-acierta
des-enfoca
mi...
mi...
yo...
exiliado de esta fiesta
con las guirnaldas en el cuello
y el globo
que danza en la mano.
echado...
humillado.
Bailando el ritmo
de las sombras
o los pozos
atorado entre pisos
con las ruedas bajas
yo
afuera
inservible
envejeciendo
cansado.
Mil y una noches
El amor lo encerró
En una pequeña botella
que arrojó sin miramientos
a los profundos abismos del mar
Juró entonces, entregar su vida
Y todos los placeres de la tierra
A quien lo liberase del embrujo
Pero mil años pasaron
Y nadie lo liberó.
Juró entonces ser uno
Con quien lo libere del encierro
Y nada más
Pero otros mil años pasaron
Y nadie acudió.
Hasta que al fin,
Tras siglos y siglos,
Una joven hermosa
Arrojó sus redes
Y lo arrastró a sus orillas,
Pero al destapar la botella
Solo dio con un cuerpo
Ávido de destrucción,
Ensañado a muerte con quien tardó
Demasiados años,
Demasiados siglos
Para rescatarlo
De los abismos del mar.
Matar A dios
Si tan solo
tuviese la voluntad de Federico
y declarar la muerte
del por siempre muerto
como un aviso clasificado
en la sección funerarias.
si tan solo fuera capaz
de un exilio de vanidades
y matar al cuerpo
desnudar-desanudar
vencer la trampa
de sus dedos tiempo
sus sucios dedos
dedos muertos
ahogados en el
barro tibio de mi piel.
Talismán
A Eli
Recibo el talismán
el agujero
la lana y el color
la protección,
la cueva,
el mundo,
la fiebre.
Recibo de mano
de las manos
el abrigo,
la mansedumbre de
este espacio
del que sangran silencios,
y sombras,
y murmullos.
Ya ni se
Le dije:
tus suspiros de ansia cansada
tus lejanos taconeos
el esquema de la poesía
las palabras de tus manos
las formas de tus tormentas
tu vejez
la vejez.
ella...dijo
tus tormentas
tus palabras
la poesía
y siempre...
siempre la vejez.
Cuento instantáneo
De lo que se concluye, nada de irnos para atrás, no?
-no se de que estas hablando, primero decís que te jode verte al espejo o contra los muros de las personas, pero cuando tenes la oportunidad de mandar todo a la mierda preferís cantar un tango y llorar eso que nunca fuiste. no, la verdad no te entiendo.
(el humo comienza a inundar aquella escena)
-es decir, nada de irnos para atrás no?
-no te entiendo, o sea que si el hoy para vos es una profecía incumplida, si para vos, estas manos que somos y estos pies que nos andan las calles y los puentes, fueran de alguien que los extendía como un mendigo, hace muchos años atrás, ¿todavía te darías el lujo de seguir dudando?.
-es que quise decir, nada de irnos para atrás no?
-y por que dudas?, por que ese "¿no?" te sale a atiborrarnos de dudas?
-porque hacia atras, supongo que no iremos, no?
-pero podríamos ir hacia arriba o hacia abajo, podríamos torcernos hacia la izquierda
(si, eso a la izquierda, ¡¡cuantos sueños de juventud¡¡)
-está bien dame la mano y esa pierna que se te pudre. Metela en esa bolsita carrefour, y sigamos hacia adelante, siempre hacia adelante.
-como cuando éramos chicos, te acordas?
-si, como cuando éramos chicos.-
Nacimiento
Celebro el nacimiento de tus horas,
porque de ellas,
te nacieron
entre llantos,
y gritos.
Todas las palabras,
que echaron a andar.
Breve interpretación del insomnio
Las cargas que en la noche
suben al vagón,
justo cuando quiero dormir:
murmuran.
Sisean.
se apretujan,
no ceden los asientos
a las cargas embarazadas,
lanzan bocanadas de humo negro,
son cargas de oficina
que a cada rato ojean
en su muñeca
el tiempo que se les va.
II
Abismos y superficies,
aguas quemadas,
fronteras infinitas,
senos y mañanas…
nacemos vocablos
con el único fin...
de zurcir el mundo.
Agua Quemada
Otra Noche nace,
cuando los hilos
de los dioses
tejen sueños.
Otra noche nace,
lágrimas negras,
y horas descarnadas.
Nace otra noche.
Me nace la noche de tu pelo
lamiendo mis miradas.
Espalda
Esta espalda
me esquiva su frente.
Marcha con su caravana
se sueños y sepulcros,
como saliendo siempre
al encuentro
de una partida.
III
Se van abriendo estos cuerpos que soy.
Y el que persiste,
con paso quejumbroso
me muere
Entre remolinos
de piel
y hojarasca
Sierras
Con infinito grito de sierras
se enruida mi piel.
Abriéndose en
grietas insondables,
o arrugándose
como montañas
de papel corrugado,
o explotando,
como cada atardecer.
uno y medio
Esta semblanza de
Intrépidos deseos,
Sombras, luces.
Este algo que se esconde,
y resulta
Invisible,
este alguien que busca
Algo real:
Un frío en las manos,
Un amanecer en junio,
Esas grietas por donde ver
de que esta hecha la vida,
de que materia son los sueños
de que colores
son,
los cuadros que cuelgan de mi mente.
BS AS
Es claro,
la vida
en este sitio
no adormece,
no nace ni muere.
Perdura
y muta en monosílabos tangueros.
Gran manzana mordida
gran pastel de miasma
gran comida de órganos y sombras
gran capricho
robado al tiempo.
IV no llamo a la partida,
y ésta
no es reclamada a ser.
No parto "hacia",
sino que soy parte
en cada llegada.
V
Lo que se antepone,
interpela
Asediado en los matices del tiempo
el umbral
grita rechinos melancólicos
y traga oscuros designios
de misterios.
la poesía
se ante-pone.
e
interpela.
VI
Aún los cantos
perviven en la piedra.
Voces
gritos
danzas.
Aún
esta memoria
nos pertenece.
ANTESALA DEL INFIERNO
Una cornisa
invita
aunque no todos lo sepan,
a saborear aromas
al viento,
a sentir
compases eléctricos,
a corromper
el estado natural de las cosas
a caer
solo por mostrar...
que aún
Existe la caída.
VII
EMPEZAREMOS A CONOCER:
MAGISTRALES ELOCUENCIAS,
INSTITNOS FEROCES,
RACIMOS DE MANOS,
EN LA BABA DE LA NOCHE.
EMPEZAREMOS POR SABER:
DE LATITUDES CONEXAS
DE PENSAMIENTOS Y FALANGES
MOVIENDOSE COMO SERPIENTES
DE ESTAS HORAS,
DE ESTOS RITMOS.
DE QUE LA MUERTE,
COMO DIJO EL POETA
ESTA ENAMORADA
DE LAS OBRAS DEL TIEMPO.
VIII
Del polvo,
de las manos,
se elevan ventanas,
se abren espejos,
se olvidan oraciones,
se en-tierran los vientos,
se empañan mis ojos.
De las manos,
del polvo,
se escapan
los cuerpos.
CONSTANZA
En este flujo
y reflujo
de partículas de tiempo
esta mirada nacarada
hace,
al nacer.
y en su recorrido circular
nacen mis espacios
nacen mis pies
mis manos
mis ojos
que contemplan
con dulces arrumacos
su nacimiento.
CONSTANZA II
Naciste,
y las manos de la tierra
te mecieron junto al sol,
y la luna te cantó bagualas
hoy naciste
y nació el mundo,
y nació todo lo que tu voz va a tocar
DISTANCIA
Hoy todo es distancia
distancia de tu cuerpo,
tus manos son distancia,
tus senos son distancias,
tus ojos son distancias,
tus caminos son distancias.
Hoy
mis distancias
son tu cuerpo
dibujado
en este húmedo
colchón vacío.
Ruido
semejante
a estas palabras,
Inconclusas oraciones
En hipérboles trasnochadas
Ruido
Como sardinas enlatadas
Raspando el metal de mi cabeza
Ruido
A sonajero
A baba desconsolada
A cicatriz abierta.