domingo, 28 de septiembre de 2008

PROPUESTA DE GUIÓN (SEGUNDA PARTE)


(Abre Bartolomeo llegando al pueblo de fraga)

¿Que necesidad hay de hacer todos estos pueblos iguales?; mismas plazas mismas municipalidades, mismas caras, que terrible debe ser levantarse, salir a la calle y encontrarte en medio de toda esta monotonía a las mismas personas con las que te vas a cruzar toda la vida, siempre igual. Porque será que cada reportaje es siempre en lugares como estos, uno creería imposible que acá pueda ocurrir algo mas allá de un robo de gallinas y sin embargo la gente es abducida por ovnis, todo tipo de mutaciones aparecen por los campos matando vacas, y hasta los fantasmas salen a comprar cigarrillos y fumárselos en el lugar donde murieron".

(Saca el celular y llama a producción)

-hola Julián?, ¿que haces?, si si ya estoy acá, bueno ¿que me tenés?... ok, el nombre del pendejo y del tipo que lo encontró, ¿como?, ¿así que fue el mismo medico que... ¿pero que?, tienen un solo medico en toda la zona, y este salió con la ambulancia a certificar la defunción de los cazadores?, ¿como que ambos están en la localidad de Carolina?, ¡huy pero la puta madre!, bueno OK, ¿ahí llevaron al pendejo?, a ver pará, que anoto, “policlínico regional villa Carolina”, listo, bueno escuchame una cosa Julián, quiero todo, pero todo lo que me puedas conseguir sobre la luz mala, origen del mito, todo lo que de por tierra este invento OK?

(Contrapicado desde el asiento del acompañante levanta la cámara y la enciende, prueba el sonido)

(Sale a caminar por la plaza.-Se cruza a una mujer que sale de hacer las compras en un almacén, la mujer con ruleros puestos cubiertos por un pañuelo de seda, sostiene un changuito repleto de verduras.-)
-Hola que tal, no se si me reconoce
-Hay, ¡usted es el de la tele!, el de los casos de misterio ¿no?, ya me imagino por que viene, por lo de los cazadores, ¿vio que tragedia?, yo no los conocía a ninguno, bueno es lógico son de otro lugar, pero !que terrible!, y no es que una ande diciendo nada en contra de los que vienen de otro lugar pero...disculpe ¿me va a filmar?,¡ha no, no, no¡; mire como estoy con estos ruleros, ¡ni se le ocurra!.
-no se preocupe solo quiero que me diga si sabe algo de lo que el chico, es decir el hijo de uno de los cazadores dijo cuando lo encontraron.
-ha si ¿vio?, parece que se cruzaron con la luz mala, pero mire joven yo le voy a decir una cosa, no se ofenda, pero esas son mentiras, acá todos los que han visto la luz, les han pasado cosas buenas, pero a todos toditos, en serio. Mire, vaya hasta lo de don Esteban, que el le cuente que le pasó cuando estaba en la mina de Carolina, ¡vaya pregúntele!, camine por aquella calle de tierra, esa angostita. Cuando llegue al final va a ver unos cuantos potreros y tres casas, en la última, ahí vive, pregunte por don Esteban, que lo mando Doña Florencia, y va a ver, no se que vió ese joven pero acá la luz nunca fue mala. Bueno lo dejo, a ver si todavía me enciende la cámara y me quema para toda la cosecha.-

Caminé por la Calle del sol, así se llama, cuando llegué a la ultima casa, si así se puede llamar ese rancho, palmee haciendo ladrar un perro negro que pensé lo único que podría hacer era mirarme y volver a dormir-
-¡Callate, che!
la voz era de un viejito de unos 80 años, tenía una camisa a cuadros que no disimulaba un cuerpo absolutamente consumido, daba la impresión de que se iba a quebrar si seguía caminando hacia mi, cuando llegó me clavo unos ojos celestes como de esos perros siberianos y preguntó.-
-¿que desea Joven?
-si, este bueno, mire, yo vengo de la capital, estoy haciendo un reportaje por lo de los cazadores, los que se mataron, pero lo que mas me llama la atención es que el sobreviviente, es decir el hijo de uno de ellos, cuando fué encontrado aseguró que el homicidio había sido culpa de que se les había aparecido la luz mala.-
Luego de decir aquello, el viejo hizo un chasquido con los labios, como si limpiara uno de los pocos dientes que tenía y rascó brevemente una rala barba blanca, luego dijo -aja, venga pase, tomémonos unos mates déjeme que le cuente una historia.
Entramos en la casa, de pronto tuve la necesidad de decirle que todo aquello seguro era producto de la imaginación del chico y que lo que vió no era mas que una ilusión provocada por el shock pero algo me detuvo, tenía ante mi un relato, y quería escucharlo.
Nos sentamos en una maesa de pino desgastada por los años y mientras el viejo calentaba el agua en una pava negra por el hollin, pude contemplar el estado en el que vivía: se trataba de una sola habitación, piso de tierra y un catre en una de las esquinas, en otra una mesada hecha con un montón de ladrillos apilados. En el medio una enorme salamandra de hierro sobre la que pendía una cacerola de hierro llena de un liquido que presupuse sería un guiso de por lo menos tres días. El lugar estaba infestado de moscas y solo conservaba cierta dignidad un armario estilo luis XV, hinchado por la humedad sobre el que había dispuestos un montón de objetos de minería, como un pico, y una linterna adherida a oxidado casco de metal.
-¿disculpe puedo filmar?
-como usted guste joven, no crea que porque somos pobres y atrasados y porque decimos estas cosas de la luz mala me voy a creer que usted me esta sacando el alma con ese aparato.-
-¿así que usted tuvo una experiencia con la luz mala?
-bueno, mire, no la llamaría mala, esto sucedió en 1955, un mal año para el país no?. La cuestión es que yo trabajaba en la mina de oro de Carolina, era bravo ese trabajo, ¿alguna vez entró en alguna mina?
-no la verdad que no-
-imagínese meterse en un cuarto sin ventanas y apagar la luz. Eso es todo lo que usted ve si no lleva la linterna,-se paró y trajo la linterna adherida al casco- mire, ¿ve? en aquellos años las linternas funcionaban con un mechero de gas, la cuestión es que una mina esta muy lejos de ser un pequeño cuarto del que puede usted salir si tantea aun poco la pared, no señor, una mina son muchos pasajes, y pasadizos, y si se le apaga el mechero, usted puede nunca mas encontrar la salida, y el problema con esa mina es que condensaba unos gases que te mataban si te quedabas dentro mas de 12 horas o si tropieza usted con los pozos que se hacen para buscar las vetas que descienden; que se le apague el mechero puede muy fácilmente matarlo, y eso fue exactamente lo que me pasó, encima yo estaba solo.-
-como salió?
-luego de horas de tantear el piso y las paredes buscando la salida comencé a desvanecerme, pensé, que alguno de mis amigos notaría mi ausencia y me sacarían, pero nadie vino, se habían ido todos a sus casas, era el comienzo de una de las fiestas del patrono de carolina y nadie trabaja por cuatro días, y yo tontamente había querido hacer un dinero extra para el largo receso. Al sentarme angustiado por no poder salir, de repente pude ver una luz, muy tenue que se reflejaba en la humedad de una de las paredes, yo no le puedo explicar lo que sentí al ver que una minúscula luz, muy tenue, casi como si un rayito ínfimo de luna penetrara en la caverna. Pero sabía que no podía ser la luna a tanta profundidad, e inmediatamente pensé que se trataba de alguien que venía, pero era imposible no se oían voces ni ningún ruido, así que decidí seguir el rastro de luz que siempre se proyectaba contra la pared izquierda.
Avancé muchos metros, y la luz no aumentaba en intensidad ni disminuía, solo estaba ahí, proyectándose en la pared de la caverna, como si la misma pared fuese la que proyectara la extraña luz. Caminé hasta que casi sin darme cuenta, luego de varios giros, di con la salida. Era de noche, recuerdo que una hermosa noche y nunca jamás pude saber quien o que fue lo que me sacó de la mina.-
-Dígame don Esteban, usted que cree, existe la luz mala?
-mire joven, tengo 84 años, todos estos años le debo mi vida a una pequeña y plateada luz que muy lejos esta de haber sido mala, y si quiere que le diga la verdad le puedo contar muchos casos de experiencias como la mía, a veces la luz brilla con mas intensidad, a veces con menos, pero cada vez que aparece, un milagro ocurre. Y siempre es algo bueno.

Salí de la casa de don Esteban preguntándome que estaba tratando de demostrar, había ido a develar el mito de la luz mala y hasta ahora me había encontrado con dos personas que no solo creen que en verdad existe sino que lejos esta de ser mala, indudablemente estaba equivocando el rumbo de la investigación, tenía que hablar con el médico que había encontrado al pibe en el medio del campo. Camino a carolina llame a Julián a ver que datos me tenía.

viernes, 26 de septiembre de 2008

PROPUESTA DE GUION (PRIMERA PARTE)



Apoyé la cabeza contra el sillón de pana violeta y deje que los sonidos del televisor se confundieran en el revoltijo de canales que hacía mi dedo , -toda la misma mierda- me repetía, -hermosas, luminosas, gigantes-. Uno a uno los programas hablaban entre ellos como si fuesen una familia oligofrénica, se me amontonaban en el televisor de plasma de cinco lucas y media, masticándose novedades de vedettes en retirada sexual, de cocainómanos ofendidos en una fiesta del jet set, actrices embarazadas de deseos de publicidad y millones de avisos de celulares.

Necesitaba saber como había salido mi programa. Es un vicio, lo se, día a día es la misma rutina, echar a Laura, encerrarme y verme. Controlaba si los minutos estaban en orden con las fracciones de publicidad, si resultaban lo suficientemente imbéciles las notas que había hecho, verificar el discurso del testigo que vio al hombre lobo, un granjero con pinta de talibán alcohólico, o si ese nerd lleno de granos dejaba en claro que no se había quedado dormido luego de una maratón de pajas, sino que había sido abducido por alienígenas verdes, en fin uno de esos programas en los que nunca la vida es rutinaria y oscura, sino todo lo contrario, una luz que brilla y llena todos los espacios de sus conciencias.


LUZ MALA.


Ese día no fué como los demás, incluso un tipo como yo necesita cambiar, revisar mi alrededor y encontrar cosas que me hagan sentir un artista, como si fuese Miguel Ángel metido en la Sixtina, o Van Gogh pintando un campo de trigo amarillo y que de pronto el paisaje se me llene cuervos negros. La novedad vino a mi encuentro en el informativo del canal tres.

(voz de notera)

-...recién nos acaban de confirmar la noticia, dos cazadores furtivos que se encontraban en zonas boscosas en la localidad de Fraga en la provincia de San Luis habrían muerto. Aparentemente tras una discusión uno de ellos habría disparado en la cabeza a su compañero y luego se habría quitado la vida de un tiro en la boca. el tercer cazador un chico de catorce años hijo de unos de los fallecidos se encuentra internado en estado de shock emocional, tenemos imágenes obtenidas por un camarógrafo aficionado que muestran el momento en que el chico era internado en un policlínico local.-

Todavía recuerdo esas imágenes, el pendejo estaba bañado en sangre, sus ojos estaban desorbitados y aceptaba ser llevado de un lugar a otro sin ningún tipo de resistencia. Sus hombros caían pesadamente como resignados a las inclemencias de una pesadilla que recién comenzaba y de la que no tenía al parecer ninguna esperanza de despertar. Por eso tal vez, como si de las profundidades de su inconsciente una historia asombrosa estuviese siendo escrita, repetía una y otra vez "fué la luz mala”, "si, yo la vi., fue la luz mala".

No tardé en llegar al teléfono, y con el televisor parpadeando en mi espalda llame a Julián mi productor, el tipo tiene siempre las mismas ideas, admito que funcionan pero ya estaba cansándome, me hartaba esa extraña sensación que me dejaba cada vez que hablaba con él, como si estuviese cocinando a mis espaldas mi propia ruina.

-che Julián cancelá el pelotudo abducido por alienígenas verdes!

-Que decís?, esta todo listo, tenemos los crudos estamos en medio de la edición, ¿que te pasa Barto?

-viste las noticias del tres?

-no que paso?

-una que nos cae del cielo boludo, tres cazadores furtivos en Fraga una localidad de San Luis, salen a cazar, sin motivos aparentes uno de los cazadores mata al otro de un escopetazo en la cabeza y luego se vuela la suya, el único sobreviviente el hijo de uno de ellos, no se de cual, lo encuentran en el medio del campo, todo ensangrentado y balbuceando que fue la luz mala.

-bueno, y que querés que haga?

-me estas escuchando?

-si, pero Barto tenemos todo listo con el abducido

-bueno la puta madre, estoy podrido de pelotudos como ese, quiero algo verdadero, así que se acaba todo, salgo ya mismo para fraga, teneme lista una cámara digital que en veinte minutos paso por el estudio, este caso lo quiero seguir yo mismo con cámara en mano, sonido directo, no quiero montaje ni edición, vamos a hacer algo distinto, algo mas crudo, real, y otra cosa Julián, el programa es mío ¿ok?.-

-Ok, todo bien, no te enojes, pero recordá que estamos a viernes y el domingo tenés que tener todo listo, sino no voy a ser yo el que te tire de las pelotas, solo te lo recuerdo.-

-en veinte estoy allá, teneme todo listo.-

(fundido en negro)

jueves, 25 de septiembre de 2008

Patitas de Pollo

Gustavo deseaba a Silvia. Y Silvia trabajaba en una empresa de venta de bocaditos de pollo, en un stand de supermercado, en la góndola de productos congelados. Fritaba patitas de pollo parada frente a una mesa decorada con una freidora eléctrica y una bandeja de plástico las mismas horas que Gustavo atendía la caja numero 6.
Gustavo no tenía mucho tiempo libre, y la ubicación de la caja lo obligaba a dar la espalda a Silvia, excepto por breves momentos en los que al sentir el olorcito de patitas de pollo fritas que inundaba la góndola de congelados y en particular su caja número 6 se daba vuelta y la observaba los pocos segundos que tenía entre cliente y cliente.
Gustavo pensaba en estar con esa mujer, poder besarla y acariciar sus muslos, que de seguro debían ser tan sabrosos como los que vendía, y en ese trance había empezado a tener accesos de consumo compulsivo por los productos de pollo, en un principio solo consumía moderadamente, pero a medida que la unión entre el sabor del pollo y el recuerdo de Silvia se iba incrementando el consumo también aumentaba, tal vez, en un obsesivo intento de capturar la esencia de ese objeto de deseo y hacerlo suyo. Y ese deseo creció a tal nivel de frenetismo, que el pollo lentamente fue convirtiéndose en su única dieta.
Lo compraba en todas sus variables, y sobre todo los productos de la marca que Silvia anunciaba, “Patitas de pollo Sabrositas”. Gustavo comía y se especializaba en todas las formas en las que un pollo puede ser cocinado.
Con cada presa, con cada bocado deglutido, el recuerdo de Silvia lo colmaba de una irrefrenable felicidad, -Silvia está en cada una de estas presas- pensaba al masticar. De esa forma Gustavo sentía que metía un poquito mas a Silvia en sus entrañas.
Jamás se habría animado a hablarle y confesarle su amor; a él le bastaba con ese secreto solitario. A veces pensaba que estaba inventando una nueva forma de amor platónico, un amor avícolo-fágico. Nadie hubiese imaginado jamás el placer que a Gustavo le deparaba limpiar las carnes frescas de los pollos antes de cocinarlos, limpiar las entrañas e introducir los dedos en las pequeñas hendiduras que hacia a la carne, fresca de los muslos, siempre tan húmedos y resbalosos.
Gustavo era capaz de verdaderos pasajes erótico-avícola con Silvia, y cierto día en uno de esos momentos en los que giraba para ver a su musa pollifera descubrió con horror que Silvia había sido reemplazada. Su amor había sido desplazado por esas cosas que tiene la movilidad laboral en el capitalismo moderno, en los que no hay tiempo de conocer al otro. Gustavo nunca sintió tanta tristeza, tanto desamparo. Ahora, se preguntaba, ¿Qué iba a ser de el?, porque el olor a pollo frito que le llegaba ya no tenía el mismo misterio. Olía a simple pollo frito. Hasta sentía repugnancia lindante con el odio de tener que soportarlo, le hubiese gritado a la impostora que reemplazaba a Silvia lo inútil que era con las patitas fritas, y gritarle lo vulgar, lo absurdo que olía ahora toda la góndola de productos congelados, y en particular, su caja, numero 6.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Insoportable levedad


- no importa si ellos se encuentran y se aman o se separan, no importa la muerte del perro, es decir lo insoportable no está en las cosas trágicas que les pasan sino en esa cosa inevitable, es decir en lo inevitable y liviano de la búsqueda. Buscar es una necesidad liviana e insoportable, que te lleva a un resultado pesado, denso, somos materia de ese posible encuentro llamado el ser, pero nuestro espíritu es pura búsqueda.
La búsqueda es liviana porque antes que la carne, antes que el cerebro o la razón nuestra principal materia es lo que no somos o no tenemos o sea la búsqueda, la bus-que-da., que es anterior al encuentro, que no necesariamente es alegre, es mas, te diría que generalmente encontrar algo es mas terrible que toda búsqueda, por eso es liviana, porque la búsqueda no cesa nunca, ni en mi, ni en vos, ni en ninguno de los que están en esta casa ni los que están viéndome, ni en todo el pasado humano el presente o el futuro, la búsqueda esta ahí, nos atraviesa a todos, y acecha a la espera de cualquiera que llegue a este mundo.
Lo insoportable para mi es encontrar, ahí se me acaba la levedad, ahí identifico por lo menos mi problema, y supongo que el de los personajes de la novela, porque el encuentro se les aloja en la carne. Cada vez que encuentro algo siento que llegué a un punto sin retorno y sufro muchísimo; cuando entré a esta casa, supe que no había retorno, o cuando amenacé a mis viejos con irme a la mierda con mi ex novio, o cuando disparé la Smith y Wesson en el basurero y sin querer le di a un pendejo que buscaba basura para comer y llevar a su casa, entonces fui en cana y supe que le había reventado la piernita, cuando tome todas esas decisiones de mierda sabía que siempre se trataba de una búsqueda torcida, sinuosa, y que me hizo encontrar cosas de mierda, pero búsqueda al fin. Tal vez por eso vine acá, buscando escapar de mis putas búsquedas, que me aterran.

martes, 16 de septiembre de 2008

Recurrente


En la mitad de “Sauce ciego mujer dormida” el escritor Haruki Murakami se despacha con historias que lo tienen como protagonista de situaciones casi paranormales. Historias sencillas que giran en torno a hechos que el autor denomina inexplicables, pero que se encuentran profundamente ligados a un sub-mundo que lo atraviesa.

De la misma forma, y como un ejercicio que me interesa profundamente, transcribiré sucesos que me acontecieron y de los que poca explicación tengo, mas allá de interpretar a los mismos como producto de conexiones de las que no soy capas de dar cuenta concientemente, pero que allí están como queriendo afirmar la profunda relación con el mundo que me rodea y del que formo parte.

Biblioteca

Tuve, durante todo el verano del 2007 un sueño recurrente. Se iniciaba con la imagen de un pasillo estrecho por el que avanzaba. Era uno de esos senderos que tienen las casas chorizo, en los que las puertas se van sucediendo y frente a las cuales se van alternando en el suelo de granito gastado macetas con plantas de malvón, que al contacto con el aroma a humedad de las paredes a las que solo les llega unos minutos del sol del mediodía, le da al lugar un aspecto triste, de abandono melancólico, como los recuerdos de un anciano.

A medida que caminaba, el pasillo se estiraba como si la verdadera materia de todo lo que me rodeaba fuera de un chicle que una mano caprichosa e invisible dilata. Recuerdo la oscuridad y el sonido de mis pensamientos, todo avanzaba en un susurro, herrumbrado y pálido hasta la puerta que me conducía a un salón enorme, vacío de toda vida desde hace siglos. Con huellas de un pasado en el que mucha gente había llenado sus espacios pero que ahora un polvo gris cubría como una suave sábana gris.

Al avanzar por el salón ví restos de objetos diseminados por el suelo de madera: una bicicleta oxidada, libros apilados, ropa y al llegar al medio del salón un hueco con una escalera en espiral que llevaba a otro salón subterráneo.

Descendiendo por la escalera vi que estaba repleta de libros en los bordes, miles y miles de volúmenes tapizaban las paredes a medida que descendía hasta llegar al saón subterráneo donde los volúmenes se multiplicaban por millones. Se trataba de una biblioteca de dimensiones astronómicas.

-soñaste con el ADN, tuviste un sueño con la memoria, como el poeta- me dijo Mario mientras metía uno a uno los maníes servidos en un plato de madera. Lo dijo mirándome fijo a los ojos, como nunca antes lo había hecho. Se empeñó en buscar la mirada tras mis ojos, y repitió; ahora cavilando cada palabra como si fuesen los designios de un oráculo perdido en el tiempo y el espacio - viste la escalera de la vida, como el poeta. Y la gran biblioteca. La Alejandrina, la de Pérgamo- y agregó, casi como una sentencia ineludible-como el poeta-.

Tiempo después en uno de mis viajes a Buenos Aires, hablando con mi hermana me contó de un sueño recurrente que tenía: se trataba de una casa abandonada, sin rincones, muy espaciosa y casi al detalle fue describiendo los esquemas de mi entrada a la biblioteca, solo que ella se quedaba en la casa aterida por las sensaciones de angustia que le producía el poco brillo solar que ingresaba tras los vidrios empañados de mugre. Tratamos de indagar sobre ese lugar, sobre esa casa que nos envolvía con su magia decadente, donde el abandono se hace semilla, y las palabras son los frutos que nacen y nos llena la boca de sensaciones amargas, dulces o acidas.

En el medio esa charla, parecida a la de dos aventureros que se cuentan las hazañas de sus viajes por tierras desconocidas, la voz de Zoe se interpuso justo cuando yo describía la biblioteca

-tío, yo soñé con una biblioteca- y apoyó su cabecita en el marco de la mesa del living donde tomabamos mate mi hermana y yo.-

-¿y como es esa biblioteca Zoe?-

-es como la que le contabas a mamá, tiene una escalera, la tengo dibujada en un libro de cuentos, esperá que te la traigo.

Al regresar con un libro enorme de tapas duras Zoe lo abrió y me muestró el cuadro, se trataba de la historia de la bella y la bestia de la película de Disney, pero adaptada a un libro de cuento, y en uno de los cuadros los personajes están reunidos en una biblioteca exacta a la de mi sueño, los volúmenes se apilaban en enormes paredes y el salón sin ninguna puerta ni ventana solo exhibía como salida o entrada una enorme escalera caracol.

Zoe es vida en griego.

lunes, 15 de septiembre de 2008

BaudelaireP.K Dick


supongo que uno despierta en sucesivos sueños, y la literatura es solo el registro de esas infinitas realidades, es como decia Philip K Dick...tal ves se trate solo de un día,un solo dia en todo el universo.

Un solo sueño.

una sola mentela humanidad. y su memoria

los registros: la literatura, los sueños, la poesia, los colores, la musica... todo correspondiendose en ese bosque de simbolos



"les correspondances"

jueves, 4 de septiembre de 2008

Extracto de mi novela (aún sin nombre)


-yo tengo un problema con mis recuerdos, como decía el personaje en una novela que leí hace tiempo de un tal Juan Despuy, solo puedo recordar en colores, colores y texturas, que se yo. Por ejemplo, puedo recordar en morado para mis llantos, en colores pastel para cuando ando con ganas de seducir y ser amada, o en color rojo cuando, lógicamente veo todo de ese color y el odio me pinta la vida como los labios pintados de Robert Smith. Y si me preguntas, color azul violáceo con una textura de terciopelo cuando lo hice por primera vez.
Recuerdo que habíamos ido al edificio de la Municipalidad de San Martín a ver una obra de Teatro, se llamaba “la última estación”. Trataba de gente que busca su identidad, y la metáfora estaba en que las personas iban por la vida probándose distintos disfraces, eligiendo ser empresarios bien trajeados, Hippies, Punks etc. El asunto es que dos enamorados frente a esa situación eligen no elegir y escapan a una estación de tren abandonada de de la que nunca mas saldrían. Recuerdo que él estaba a mi lado, y yo lo miraba, y realmente ni la obra de teatro ni nada me parecía real; todo era como un cuadro perfecto, con colores brillantes y los sonidos que salían de su boca y me endulzaba los sentidos, recuerdo que yo sonreía y el cuadro se pintaba de tonos ocres pálidos y grises como en una película de Tim Burton. Recuerdo también que una tormenta eléctrica dejó la obra a la mitad por un corte de luz, así que nos fuimos hasta el ultimo piso de la municipalidad donde había un enorme ventanal que daba a la ciudad y nos quedamos en silencio contemplando los rayos que la iluminaban, ahí el cuadro se oscureció, a un azul marino, con pinceladas violentas de plata atravesando nuestros ojos. Recuerdo sus manos rodeándome la cabeza, y las gotas que se estrellaban contra el ventanal formando miles de pequeñas y transparentes espinas.
-Así es Gracielita, - y Jésica mordisqueó una masita que definitivamente le pareció tenía un ligero sabor rancio- Cuando recuerdo, vienen los colores, los olores y las texturas, y se mezclan en una pintura que cuelga todos los días de mi mente: Charly acariciando mi cuerpo, los violáceos del amanecer que aparecían por una pequeña ventana, mis pechos duros y grises pero luego azules y naranjas bajo sus manos y su boca. Recuerdo también los movimientos, las miradas, recuerdo que ese día, nacimos vibrando juntos, del vientre de la inocencia.

Buñuelos









Tomó dios una navaja,
y abriendo grande su único
y terraqueo ojo.
lo abrió, de un tajo,
como una tibia vagina,
como una granada madura.