jueves, 6 de diciembre de 2012



El paseante, por un momento, tal vez en un café con amplios 
ventanales se detiene a mirar. Es el doble juego del habitante urbano,
 el ser-acción, objeto de la mirada y el ser-contemplación, espectador 
de la acción de la urbe. Lo que queda claro es que la tecnología o las
 prótesis de registro (celulares, cámaras digitales), nos impulsan a que 
ninguna de estas dos posibilidades queden sin registro, incorporando 
una tercera mirada, furtiva y fantasmal.

Urbano 1





Entender lo urbano como un acontecimiento que no puede ser evitado
sacado del cuerpo porque es ya cuerpo y nuestros cuerpos son ciudades.
Es una novedad que recorre la geografía e inocula el sueño de lo solido,
 aun cuando el mismo esté condenado a desvanecerse en el aire.







Existe un espíritu urbano, un rayo invisible que transvasa 
a quienes habitan las ciudades. Una estética solo asequible 
desde la intuición a quien haga la practica de observar en 
sus habitantes los gestos, movimientos, sonidos, posturas 
y la siempre tensa relación con un paisaje que contiene, 
pero que a su vez es contenido, es identidad, es memoria.