jueves, 6 de diciembre de 2012



El paseante, por un momento, tal vez en un café con amplios 
ventanales se detiene a mirar. Es el doble juego del habitante urbano,
 el ser-acción, objeto de la mirada y el ser-contemplación, espectador 
de la acción de la urbe. Lo que queda claro es que la tecnología o las
 prótesis de registro (celulares, cámaras digitales), nos impulsan a que 
ninguna de estas dos posibilidades queden sin registro, incorporando 
una tercera mirada, furtiva y fantasmal.

No hay comentarios: