domingo, 28 de septiembre de 2008

PROPUESTA DE GUIÓN (SEGUNDA PARTE)


(Abre Bartolomeo llegando al pueblo de fraga)

¿Que necesidad hay de hacer todos estos pueblos iguales?; mismas plazas mismas municipalidades, mismas caras, que terrible debe ser levantarse, salir a la calle y encontrarte en medio de toda esta monotonía a las mismas personas con las que te vas a cruzar toda la vida, siempre igual. Porque será que cada reportaje es siempre en lugares como estos, uno creería imposible que acá pueda ocurrir algo mas allá de un robo de gallinas y sin embargo la gente es abducida por ovnis, todo tipo de mutaciones aparecen por los campos matando vacas, y hasta los fantasmas salen a comprar cigarrillos y fumárselos en el lugar donde murieron".

(Saca el celular y llama a producción)

-hola Julián?, ¿que haces?, si si ya estoy acá, bueno ¿que me tenés?... ok, el nombre del pendejo y del tipo que lo encontró, ¿como?, ¿así que fue el mismo medico que... ¿pero que?, tienen un solo medico en toda la zona, y este salió con la ambulancia a certificar la defunción de los cazadores?, ¿como que ambos están en la localidad de Carolina?, ¡huy pero la puta madre!, bueno OK, ¿ahí llevaron al pendejo?, a ver pará, que anoto, “policlínico regional villa Carolina”, listo, bueno escuchame una cosa Julián, quiero todo, pero todo lo que me puedas conseguir sobre la luz mala, origen del mito, todo lo que de por tierra este invento OK?

(Contrapicado desde el asiento del acompañante levanta la cámara y la enciende, prueba el sonido)

(Sale a caminar por la plaza.-Se cruza a una mujer que sale de hacer las compras en un almacén, la mujer con ruleros puestos cubiertos por un pañuelo de seda, sostiene un changuito repleto de verduras.-)
-Hola que tal, no se si me reconoce
-Hay, ¡usted es el de la tele!, el de los casos de misterio ¿no?, ya me imagino por que viene, por lo de los cazadores, ¿vio que tragedia?, yo no los conocía a ninguno, bueno es lógico son de otro lugar, pero !que terrible!, y no es que una ande diciendo nada en contra de los que vienen de otro lugar pero...disculpe ¿me va a filmar?,¡ha no, no, no¡; mire como estoy con estos ruleros, ¡ni se le ocurra!.
-no se preocupe solo quiero que me diga si sabe algo de lo que el chico, es decir el hijo de uno de los cazadores dijo cuando lo encontraron.
-ha si ¿vio?, parece que se cruzaron con la luz mala, pero mire joven yo le voy a decir una cosa, no se ofenda, pero esas son mentiras, acá todos los que han visto la luz, les han pasado cosas buenas, pero a todos toditos, en serio. Mire, vaya hasta lo de don Esteban, que el le cuente que le pasó cuando estaba en la mina de Carolina, ¡vaya pregúntele!, camine por aquella calle de tierra, esa angostita. Cuando llegue al final va a ver unos cuantos potreros y tres casas, en la última, ahí vive, pregunte por don Esteban, que lo mando Doña Florencia, y va a ver, no se que vió ese joven pero acá la luz nunca fue mala. Bueno lo dejo, a ver si todavía me enciende la cámara y me quema para toda la cosecha.-

Caminé por la Calle del sol, así se llama, cuando llegué a la ultima casa, si así se puede llamar ese rancho, palmee haciendo ladrar un perro negro que pensé lo único que podría hacer era mirarme y volver a dormir-
-¡Callate, che!
la voz era de un viejito de unos 80 años, tenía una camisa a cuadros que no disimulaba un cuerpo absolutamente consumido, daba la impresión de que se iba a quebrar si seguía caminando hacia mi, cuando llegó me clavo unos ojos celestes como de esos perros siberianos y preguntó.-
-¿que desea Joven?
-si, este bueno, mire, yo vengo de la capital, estoy haciendo un reportaje por lo de los cazadores, los que se mataron, pero lo que mas me llama la atención es que el sobreviviente, es decir el hijo de uno de ellos, cuando fué encontrado aseguró que el homicidio había sido culpa de que se les había aparecido la luz mala.-
Luego de decir aquello, el viejo hizo un chasquido con los labios, como si limpiara uno de los pocos dientes que tenía y rascó brevemente una rala barba blanca, luego dijo -aja, venga pase, tomémonos unos mates déjeme que le cuente una historia.
Entramos en la casa, de pronto tuve la necesidad de decirle que todo aquello seguro era producto de la imaginación del chico y que lo que vió no era mas que una ilusión provocada por el shock pero algo me detuvo, tenía ante mi un relato, y quería escucharlo.
Nos sentamos en una maesa de pino desgastada por los años y mientras el viejo calentaba el agua en una pava negra por el hollin, pude contemplar el estado en el que vivía: se trataba de una sola habitación, piso de tierra y un catre en una de las esquinas, en otra una mesada hecha con un montón de ladrillos apilados. En el medio una enorme salamandra de hierro sobre la que pendía una cacerola de hierro llena de un liquido que presupuse sería un guiso de por lo menos tres días. El lugar estaba infestado de moscas y solo conservaba cierta dignidad un armario estilo luis XV, hinchado por la humedad sobre el que había dispuestos un montón de objetos de minería, como un pico, y una linterna adherida a oxidado casco de metal.
-¿disculpe puedo filmar?
-como usted guste joven, no crea que porque somos pobres y atrasados y porque decimos estas cosas de la luz mala me voy a creer que usted me esta sacando el alma con ese aparato.-
-¿así que usted tuvo una experiencia con la luz mala?
-bueno, mire, no la llamaría mala, esto sucedió en 1955, un mal año para el país no?. La cuestión es que yo trabajaba en la mina de oro de Carolina, era bravo ese trabajo, ¿alguna vez entró en alguna mina?
-no la verdad que no-
-imagínese meterse en un cuarto sin ventanas y apagar la luz. Eso es todo lo que usted ve si no lleva la linterna,-se paró y trajo la linterna adherida al casco- mire, ¿ve? en aquellos años las linternas funcionaban con un mechero de gas, la cuestión es que una mina esta muy lejos de ser un pequeño cuarto del que puede usted salir si tantea aun poco la pared, no señor, una mina son muchos pasajes, y pasadizos, y si se le apaga el mechero, usted puede nunca mas encontrar la salida, y el problema con esa mina es que condensaba unos gases que te mataban si te quedabas dentro mas de 12 horas o si tropieza usted con los pozos que se hacen para buscar las vetas que descienden; que se le apague el mechero puede muy fácilmente matarlo, y eso fue exactamente lo que me pasó, encima yo estaba solo.-
-como salió?
-luego de horas de tantear el piso y las paredes buscando la salida comencé a desvanecerme, pensé, que alguno de mis amigos notaría mi ausencia y me sacarían, pero nadie vino, se habían ido todos a sus casas, era el comienzo de una de las fiestas del patrono de carolina y nadie trabaja por cuatro días, y yo tontamente había querido hacer un dinero extra para el largo receso. Al sentarme angustiado por no poder salir, de repente pude ver una luz, muy tenue que se reflejaba en la humedad de una de las paredes, yo no le puedo explicar lo que sentí al ver que una minúscula luz, muy tenue, casi como si un rayito ínfimo de luna penetrara en la caverna. Pero sabía que no podía ser la luna a tanta profundidad, e inmediatamente pensé que se trataba de alguien que venía, pero era imposible no se oían voces ni ningún ruido, así que decidí seguir el rastro de luz que siempre se proyectaba contra la pared izquierda.
Avancé muchos metros, y la luz no aumentaba en intensidad ni disminuía, solo estaba ahí, proyectándose en la pared de la caverna, como si la misma pared fuese la que proyectara la extraña luz. Caminé hasta que casi sin darme cuenta, luego de varios giros, di con la salida. Era de noche, recuerdo que una hermosa noche y nunca jamás pude saber quien o que fue lo que me sacó de la mina.-
-Dígame don Esteban, usted que cree, existe la luz mala?
-mire joven, tengo 84 años, todos estos años le debo mi vida a una pequeña y plateada luz que muy lejos esta de haber sido mala, y si quiere que le diga la verdad le puedo contar muchos casos de experiencias como la mía, a veces la luz brilla con mas intensidad, a veces con menos, pero cada vez que aparece, un milagro ocurre. Y siempre es algo bueno.

Salí de la casa de don Esteban preguntándome que estaba tratando de demostrar, había ido a develar el mito de la luz mala y hasta ahora me había encontrado con dos personas que no solo creen que en verdad existe sino que lejos esta de ser mala, indudablemente estaba equivocando el rumbo de la investigación, tenía que hablar con el médico que había encontrado al pibe en el medio del campo. Camino a carolina llame a Julián a ver que datos me tenía.

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