jueves, 6 de octubre de 2011

New Age


El gran dragón pasea por los tejados de la ciudad. Ante tal acontecimiento se vierten ánforas de agua-ardiente en las alcantarillas, se sacrifican sombras vírgenes, y se declara la emergencia espiritual. En todos los rincones y apartamentos donde las señoras prenden velas y se rinde culto al uno mismo, en todos los livings rooms en los que fluye el chi, y la comida sabe a brotes de soja, la humanidad se incendia inspirada por el fulgor de su indolencia.

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